Hay personas que cumplen el horrible papel de hacer palidecer el entorno, el pasado y el porvenir, porque su luz deslumbrante queda habitando en nuestras pupilas cegándolas para siempre. Después de esos amores definitivos todo lo demás puede suceder, porque YA NADA, salvo la propia soledad y la muerte, es importante. Otros pueden venir y habitarnos y hacernos relativamente felices, pero la normalidad monocorde que introducen en nuestras vidas sólo sirven para recordarnos que hay un cielo en alguna parte al cual ya jamás accederemos.
Piedad Bonnett
Hola guapa! Ya estoy aquí.... bssss Rosa
ResponderEliminarPor dónde empezamos?
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