jueves, 16 de septiembre de 2010

Solo

Me lo hizo saber un personaje, ya no sé de qué libro:
"-Cuando el mundo me ignora, yo recurro a mi sombra. Los projimíos y los projituyos, los prójimos en fin, me buscan en su olvido, pero allí no me encuentran, porque estoy en mí mismo, en mi olvido de veras.
-Ya no sé ni mi nombre: ¿para qué?, ¿para quiénes? Cuando el mundo me ignora, yo a mi vez, a mi turno, también ignoro al mundo.
-La vida pasa afuera y el corazón me dice que yo paso en mi adentro y sólo así puedo juzgarme sin compasión malsana. Si me culpo o me absuelvo, sólo me importa a mí. La desmemoria va conmigo.
-Por suerte no hay espejo; hace ya muchos años que no lo necesito. Yo bien sé cómo soy.
-Qué desperdicio."

M. Benedetti

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Todo es adrede

De todos los tiempos, los viejos y los nuevos, quedan las virutas de la vida. A pesar de las tropas invasoras, de las religiones que bendicen las guerras, de los profesionales de la tortura, de los imperios del asco, de los amos del petróleo, del fanatismo de los misiles. A pesar de todo van quedando las virutas de la vida. A ellas nos abrazamos y encomendaremos, con ellas nutrimos nuestra endeble conciencia y alimentamos sueños y ensoñaciones.
Todo es adrede, bien lo sabemos. Desde el maleficio de las drogas hasta el desmantelamiento de la juventud. Todo está destinado a que no creamos en nosotros mismos y menos aún en el prójimo indefenso.
Nos obligan a vender por peniques el patrimonio virgen, y en el mercado de cambio compran sentimientos con promesas. Todo es adrede: los celos y el recelo, sospechas y codicias, odios en desmesura, el rencor y la pugna. La consigna es someternos, mentirnos el futuro, reconocernos nada.
Todo es adrede y por eso construyen ideologías basura donde intentan moler las virutas de la vida. De la vida. La nuestra. Ah, pero no podrán. También nosotros creamos nuestro adrede. Aposta lo gastamos. Y adrede ya sabemos cómo sobrevivir.
M. Benedetti

domingo, 5 de septiembre de 2010

Contra los principios

Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo. Lo poco que sé de la vida está en las líneas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos.
Que nadie se emocione ni albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que se de la vida, a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea.
Empiezo por lo que sé con toda seguridad. Sé que, con suerte, te vas a morir una vez. Así que procura no morirte más veces por el camino. No hay nada peor que esa gente que se va muriendo antes de morirse del todo. Para evitarlo, te regalo un método infalible. Mientras tú vayas decidiendo, todo está bien. El día que dejes de decidir, ese día, cuidado, porque la habrás palmado un poco.
Ten siempre más proyectos que recuerdos, es la única forma que conozco de mantenerse joven. Olvídate de la patraña esa de ser feliz, ya te puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser el único dueño de tus propias expectativas.
Que un euro se ahorra, y un polvo se pierde. Para siempre. Que hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar. Por mucho que te cueste pagar las facturas. Por mucho que en las reuniones de antiguos alumnos te miren mal. Es mejor dedicarse toda una vida a algo que te divierte pese a no llegar a fin de mes, que pasarte un solo día trabajando únicamente por dinero.
Entre lo poco que se de la vida, también te diré que nada de esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de luna. Ése es el verdadero romanticismo. Alguien que te llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creiste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo qué va.
Ojalá ames mucho y muy bueno, incluso a riesgo de ser correspondido. Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligado a remendarlas con el hilo de cualquier otra ilusión. Que desees y seas deseado, que se frustren todas tus esperanzas y que acabes descubriendo que la única forma de recobrar el primer amor, que es el propio, es en brazos ajenos. Dos emociones inútiles asociadas al pasado, arrepentimiento y culpa, y una emoción inútil asociada al futuro, la preocupación. Cuanto antes te desprendas de las tres, antes empezarás a apreciar lo único que tienes.
Que más. Ah, sí. Sé que al menos un amigo te va a traicionar, otro será traicionado por tí, y que te pongas como te pongas, los que no hayas hecho antes de los treinta, ya jamás pasarán de buenos conocidos. Cuenta sólo con los tres principales, porque a partir de ahí, todo es mentira.
Para terminar, y hablando del tema, déjame que te presente a tu mejor enemigo. Se llama miedo. Quédate con su cara, porque va a estar jodiéndote de ahora en adelante. Miedo al fracaso. Miedo al qué dirán. Miedo a perder lo que tienes. Miedo a conseguirlo. Miedo a saber poco de la vida. Miedo a tener razón.

"El sentimiento negativo." R. Mejide

Ella que todo lo tuvo

La pérdida, cuando se produce, no tiene nada que ver con lo que has imaginado. Te manosea y viola una y otra vez hasta que acabas sometida a su dolor. Es repugnante sentirla deslizarse por tu cuerpo con sus babas inmundas, como una sanguijuela que te chupa y debilita. Tienes que acostumbrarte a su presencia, aunque la odies. Dejas de respirar esperando que aquella falta de oxigeno se apiade de tí y se te lleve, pero la vida te castiga dejándote aquí. Sigues con una existencia discontinua: muerta, viva, muerta, viva, muerta. Como si dependieras de un interruptor que no dominas... encendida, apagada, encendida, apagada... tratando de matar el tiempo, a sabiendas de que es él quien te está matando sin un ápice de misericordia.
A. Becerra

lunes, 23 de agosto de 2010

Paloma VideoClip - Andrés Calamaro

Ausencias. Todo es adrede, todo hace trizas el alma.

Las cosas que nos faltan, cuántas cosas. Las que quedaron en el camino o nunca accedieron a él. Quién más, quién menos, todos llevamos una filatelia de ausencias.
Hay partidas, adioses de los que no volvieron ni volverán. Aun en las mejores y conquistadas alegrías, sobreviene de pronto un vacío y nos quedamos taciturnos, solos, tiernamente desolados.
Por suerte cuando soñamos vuelven todos, los que todavía son y los que fueron. Y abrazamos fantasmas, almas en pena y almas en gloria. Ellos nos cuentan su impiadosa sobrevida, aunque, eso sí, marcando siempre su territorio, que es sólo invierno.
Su exilio tan pasivo, tan inerte, no esta consolidado. Con su martirio, nos martirizamos, quizá porque sabemos que todo eso acaba en un opaco despertar. Viene entonces la fase de ojos abiertos, también llamada insomnio. Allá arriba está el cielo raso, con la araña de siempre en su rincón de redes. Nos faltan manos para acariciar, labios para besar, cintura que estrechar, cuerpo que penetrar. Todo es ausencia.
M. Benedetti

...."Para otros es el cielo"

Hay personas que cumplen el horrible papel de hacer palidecer el entorno, el pasado y el porvenir, porque su luz deslumbrante queda habitando en nuestras pupilas cegándolas para siempre. Después de esos amores definitivos todo lo demás puede suceder, porque YA NADA, salvo la propia soledad y la muerte, es importante. Otros pueden venir y habitarnos y hacernos relativamente felices, pero la normalidad monocorde que introducen en nuestras vidas sólo sirven para recordarnos que hay un cielo en alguna parte al cual ya jamás accederemos.
Piedad Bonnett

viernes, 20 de agosto de 2010

Te deseo

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar. Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar. Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede nada más, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros. Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero.Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros. Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana. Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima  a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices. Te deseo que acaricies un gato, alimentes un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera sentirás bien por nada. Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol. Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a tí y digas: "Esto es mío", sólo para que quede claro quien es el dueño de quien. Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable. Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes hablen sobre amor para recomenzar. Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte,( amor, amigo.)

V. Hugo